Su historia:
San Lesmes era francés y llegó a Burgos en el siglo XI ya que formaba parte de séquito del rey Alfonso VI y aquí fundó el monasterio de San Juan Evangelista.
Este monje benedictino alcanzó gran renombre no solo por su labor social con peregrinos y ciudadanos burgaleses, sino también por el cambio urbano gracias a sus conocimientos de ingeniería, llego a asesorar al concejo municipal.
Los burgaleses le escogieron como patron, y una de las iglesias lleva su nombre, es en ella donde cada año se celebra una misa.
La corporación municipal y las autoridades francesas procedentes de Loudun recorren juntos el camino entre el Ayuntamiento y la iglesia de San Lesmes, escoltados por guardias vestidos de gala. Les acompañan los Gigantillos, danzantes, dulzaineros y peñas de la ciudad.
Una vez allí tiene lugar la ceremonia religiosa, en la que el alcalde, en representación de todos los burgaleses, ofrece un cirio y panecillos al santo.
Tras el acto, los grupos folclóricos, danzantes y Gigantillos bailan y animan la fiesta, mientras se puede degustar chorizo, morcilla, vino y otras tapas, así como los tradicionales panecillos de San Lesmes.
Tras el acto, los grupos folclóricos, danzantes y Gigantillos bailan y animan la fiesta, mientras se puede degustar chorizo, morcilla, vino y otras tapas, así como los tradicionales panecillos de San Lesmes.
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